ÁNGELES LÓPEZ DE AYALA

ÁNGELES LÓPEZ DE AYALA, LA PRIMERA REVOLUCIONARIA

 

«Ha sufrido la señora López de Ayala ocho procesos, ha pasado tres largas temporadas en la cárcel, fue víctima de un intento de envenenamiento, y cuando el señor Salmerón fue nombrado jefe de la Unión Republicana Española, triunfante su candidatura en el distrito de Gracia, recibió la infatigable luchadora dos tiros que perforaron sus vestidos en una travesía del Torrente de la Olla».

(J. Costa y Pomer. Ha muestro Ángeles López de Ayala,

en El Diluvio de 30 de enero de 1926).


Ángeles López de Ayala Molero nació en Sevilla en septiembre de 18581 en el seno de una familia acomodada y conservadora, siendo sobrina del dramaturgo Abelardo López de Ayala. El hecho de quedarse huérfana de madre a los 8 años cambió su vida, pues su padre la llevó a vivir con unos parientes que vivían en Morón (Sevilla), pero que poco después se mudaron a Zahara de la Sierra (Cádiz). Cuando tuvo la edad de comenzar los estudios de primaria, su familia la envió al convento de Santa Catalina en Osuna (Sevilla), y años después, como única forma de seguir formándose y alimentar la pasión que sentía por las Letras, ingresó como novicia en el Convento de San María en la localidad sevillana de Marchena.

El espíritu libre y creativo de Ángeles chocó con la vida de clausura, y abandonó el convento a los dos años. Pero su familia no se lo puso fácil, pues, empeñada en que no se dedicara a la literatura, escondió todos los papeles y útiles de escritorio para que no pudiera escribir, aunque se dice que Ángeles utilizaba a escondidas pequeños tizones de carbón mal apagados.

La familia terminó cediendo y gracias a los consejos de un amigo comenzó a tomar clases particulares con un preceptor que le inculcó las materias humanistas que Ángeles estaba deseando conocer.

Esta esmerada educación culminó en 1880, cuando con 22 años, estrenó en Sevilla su primera obra dramática, Lo que conviene a un marido, que tuvo lugar en el Teatro del Duque. Y un año después publicó su primera novela, El triunfo de la virtud, que obtuvo con ocasión del Segundo Centenario de la muerte de Calderón de la Barca el premio de la Cruz de Oro en Sevilla, hecho que recogió la prensa2.

Ese mismo año de 1881 se casó con Francisco Valero de la Peña, iniciado ya en el mundo librepensador y masón, y ambos se instalaron en Madrid. En el bullicioso mundo de la capital Ángeles se apoyará en el masón Joaquín Ponce de León para continuar con su formación literaria, y se iniciará en la Logia de la Estrella de Oriente a la que pertenecía su marido. Comenzará a colaborar en diarios y revistas y en 1887 verá la luz su segunda novela Los Terremotos de Andalucía o Justicia de Dios, seguida de una obra infantil, Cuentos y Cantares para los niños (1888).

En abril de 1887 inició su colaboración con el diario madrileño La Publicidad, y a continuación, en mayo de 1889 pasó a publicar en el diario federal de Madrid Las Regiones hasta septiembre de 1890 en que se cerró. En esa misma época, en septiembre de 1889, comenzó a publicar en el diario espiritista La Luz del Porvenir de Amalia Domingo Soler, colaboración que mantendría varios años de forma esporádica. Por último, en esta etapa donde predominaba aún su militancia librepensadora y masona sobre la republicana, hizo lo propio dos años después con Las Dominicales del Libre Pensamiento, fechándose su primera colaboración el 16 de mayo de 1891.

En los primeros meses de 1888, en La Publicidad y El Día aparecieron también referencias a tres conferencias dadas por Ángeles López de Ayala en Madrid sobre «España» (en el Círculo Instructivo Obrero, el 4 de febrero, con referencias a la grave situación de los obreros) o sobre la mujer.

En el Diario Oficial de Avisos de Madrid de 15 de mayo de 1888, aparecía la noticia de la conferencia de López de Ayala «La mujer y su misión» en el salón del Fomento de las Artes, siendo felicitada por su brillante discurso nada menos que por Rosario de Acuña. Esta relación entre ambas escritoras culmina en octubre de ese año cuando ambas acudieron al banquete masónico que se ofreció en Madrid en honor del Vizconde de Ros (Alfredo Vega, Gran Maestre del GONE). Es preciso recordar que en el verano de 1888 se había incorporado a la Logia «Amantes del progreso» (GONE), colaborando a partir de ese momento con otras logias (La Humanidad, Amor y Ciencia, Juventud Democrática) y en 1889 se adhierió a la logia de adopción «Hijas de los Pobres», taller exclusivamente femenino en Madrid.

Sobre su crucial relación con Rosario de Acuña en Madrid, Ángeles escribía: «...tú fuiste mi maestra: de ti aprendí a pensar honradamente; la grandeza de tus sentimientos se me contagió, y la que sólo contaba con el antecedente de haber leído una buena biblioteca de autores selectos, atesorando en su alma un poco de poesía de la mucha que tiene la tierra sevillana donde vio la luz primera, se enajenó de gozo al admirar tus dotes y corrió hacia ti como dice el poeta que «los ríos corren a la mar», en su artículo «Señora Doña Rosario de Acuña»3. Y cuando falleció la escritora madrileña en 1923, Ángeles vuelve a publicar un artículo en el que una vez más llama a Doña Rosario «maestra», pero además recuerda algunos momentos del pasado en los que las dos amigas compartieron excursiones, conversaciones, etc4.

Poco antes de trasladarse a Santander por motivos laborales de su marido, Ángeles se mostró muy activa en sus apariciones públicas en Madrid. Así, a principios de agosto de 1889, Ángeles intervenía en el acto que la Logia Acacia de Madrid celebraba en honor del escritor venezolano Paulo Emilio Romero (Paolo) y el 1º de septiembre intervenía en la inauguración del curso de la escuela laica de la Sociedad Amigos del Progreso de Madrid. Por último, intervino en un acto republicano de los seguidores de Zorrilla en la sede de Tetuán a mediados de dicho mes.

La siguiente noticia ya será desde Santander, donde desde el principio se entregó a la causa republicana, pues el domingo 13 de octubre intervino en una conferencia del Casino Republicano de Santander.

A principios del siguiente año, en la madrugada del 20 de febrero de 1890, Ángeles López de Ayala sufrirá el primer atentado contra la persona de una mujer en España. La prensa lo recogió como un «violento» incendio en la casa de la Cuesta de la Atalaya donde residía el matrimonio, pero Ángeles lo denunció como un incendio provocado contra su persona por elementos neocatólicos de Santander. El incendió se origino en el bajo de su finca, donde había una tienda de comestibles «en la que había varias latas de petróleo», y el matrimonio vivía en el primer piso, justo encima de la tienda. Milagrosamente pudieron escapar de entre las llamas por la ayuda solidaria de vecinos y bomberos.

Debido al ambiente de persecución que sufría, el matrimonio se traslada nuevamente, esta vez a Barcelona, la capital del radicalismo librepensador y obrero. No se sabe la fecha exacta, pero fue a finales de 1890, y en 1891 ya se la puede seguir en varias intervenciones en círculos librepensadores y republicanos de la ciudad. En ese momento se va a acentuar la amistad con Amalia Domingo Soler, con cuya revista espiritista hacía dos años que estaba colaborando.

También buscará nuevos diarios donde expresar sus opiniones, y será precisamente en uno de ellos, La Nueva Cotorra, radicado en el barrio barcelonés de Hostafranchs, donde publicará un artículo, «Cortemos la gangrena» que la llevará por vez primera a la cárcel en 1892. La denuncia de dicho artículo tuvo como consecuencia su detención y traslado al Juzgado para declarar y reconocer su autoría5, tras lo cual fue puesta en libertad provisional bajo fianza, pero el 1 de junio ingresaba en la cárcel de Barcelona6. También creemos que fue la primera mujer encarcelada por sus ideales desde Mariana Pineda. A las que pronto le seguirán, en cuestión de pocos años, Teresa Claramunt (1893 y 1896) y Belén de Sárraga (1896 y 1897).

Ángeles estuvo encarcelada más de dos meses, escribiendo desde la prisión varios artículos que envió a Las Dominicales y a La Luz del Porvenir, constituyendo la primera literatura sobre su experiencia en la cárcel de una mujer. En La Vanguardia de 31 de diciembre de 1892 se anunciaba la apertura del juicio por delito de imprenta e injurias para el 4 de febrero de 1893, siendo finalmente absuelta por el Tribunal Popular que lo juzgó7.

Pero su paso por el calabozo no le acobardó, ni mucho menos, y nada más salir de prisión participó con Teresa Claramunt, y su marido Antonio Gurri como presidente, en un acto en el Teatro Circo Ecuestre donde trató «la cuestión obrera en sus relaciones con el libre pensamiento»8.

Junto a Belén Sárraga y Amalia Domingo fundaron la «Agrupación de Mujeres Librepensadoras» en Barcelona (primeros meses de 1896), pero tras el atentado de la calle de Cambios Nuevos y la represión consiguiente que llevó a Belén Sárraga y su revista La Conciencia Libre a Valencia, Ángeles López de Ayala seguirá en solitario su militancia republicana y feminista, siendo su gran logro para la historia de las mujeres el que en marzo de 1898 Ángeles organizará la Sociedad Progresiva Femenina9.


***


Su larga y fructífera vida dedicada a la causa feminista y republicana lo resumía ella misma en el artículo «¡¡Cuarenta años!!»10 donde hacía referencia a sus «cuarenta años de lucha», tanto por medio de la pluma «en más de treinta periódicos y en catorce novelas», como por medio de la palabra hablada y de sus obras. Y todo ello, escribía ella, a pesar de la falta de recursos económicos, la censura o las persecuciones que la llevaron a «procesamientos y encarcelamientos a granel, además de intentos de acabar con mi existencia».


Texto: Manuel Almisas Albéndiz.



Bibliografía básica:

Tesis doctoral «Ángeles López de Ayala (1858-1926): icono del librepensamiento en la España de entre siglos», de M.ª Victoria Clemente Palacios, Madrid-2015. Disponible en: https://eprints.ucm.es/39544/1/T37876.PDF



NOTAS:


1Tesis de María Victoria-Madrid, 2015. Según el certificado de defunción, Ángeles López de Ayala tenía 67 años cuando falleció.

2La Enciclopedia: Revista literaria y de intereses generales. Sevilla, n.º 20-1881. Págs. 159-160.

3El Motín, Madrid, 1 mayo de 1920.

4«El mejor florón», en El Motín de 19 de mayo de 1923.

5La Época de 28 de abril 1892.

6La Vanguardia del 2 de junio y La Justicia, 6 de junio de 1892.

7La Vanguardia del 6 de febrero.

8La Vanguardia de 28 de agosto de 1893.

9El 20 de marzo de 1898 desde el diario barcelonés El Diluvio se llamaba a acudir a una velada en el Casino Federa de la calle de Puertaferrisa promovida por esta Sociedad femenina «en organización».

10El Motín de 28 de mayo de 1921.


 

 

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