AMALIA DOMINGO SOLER

 


 Amalia nació en Sevilla en noviembre de 1835. Huérfana de padre, al poco tiempo contrajo una enfermedad que la dejó prácticamente ciega de por vida. Su madre, con todo el amor y perseverancia del mundo, la enseñó a leer y escribir, de tal forma que a los diez años ya escribía poesías.

Esta fortaleza y constancia la convirtieron en una mujer extraordinariamente sensible y con una gran determinación. Siempre fue una luchadora por los derechos femeninos.

Con apenas 18 años publicó su primer poema en el periódico «instructivo y literario» El Águila (Sevilla), y a partir de entonces lo seguirá haciendo de forma ininterrumpida en otras revistas de Córdoba, pero sobre todo de Madrid y Barcelona. Aunque se quiera destacar solo su faceta espiritista, es evidente que Amalia tendrá una marcada visión social y política desde joven, puesto de manifiesto en la noticia aparecida en La Nación (Madrid) en 1868 donde se afirmaba que había recibido muchas felicitaciones por sus excelentes artículos contra la pena de muerte. La Crónica de Cataluña y el Diario de Tarragona -decía la nota- insertaban una de ellas firmada por uno de sus admiradores y el diario se sumaba a la enhorabuena.

En el verano de 1876 se trasladará al barrio de Gracia (Barcelona), tras su paso por Madrid, Alicante y Murcia, convertida ya en una notable escritora espiritista, habiendo destacado sobre todo en la revista espiritista de Alicante La Revelación, a partir de 1873. Había sido invitada por la sociedad espiritista La Buena Nueva, que le proporcionaba también alojamiento y medios de vida. Desde entonces pertenecerá a esta sociedad, siendo su presidenta muchos años hasta su muerte.

En el barrio de Gracia de Barcelona se unirá a los círculos librepensadores y a los grupos espiritistas más progresistas, fundando su propia revista La Luz del Porvenir en mayo de 1879, que fue prohibida por un artículo suyo aparecido en su primer ejemplar, «La idea de Dios», aunque se siguió editando con la cabecera de El Eco de la verdad.

Mucho se ha hablado y escrito sobre la espiritista Amalia Domingo, y no es para menos pues, por ejemplo, entre 1880 y 1884 fue una asidua colaboradora de los diarios barceloneses La Publicidad y El Diluvio, en los que explicó y divulgó los fundamentos del espiritismo, obteniendo una importante fama como escritora anticlerical. También es llamativo que en septiembre de 1888 ocupara una de las vicepresidencias en el Primer Congreso Internacional Espiritista que se celebró en Barcelona, siendo la única mujer con tal cargo. Pero, por el contrario, apenas se ha mencionado y subrayado su faceta librepensadora y feminista. Este el objetivo de estas breves líneas.

Como la mayoría de las librepensadoras feministas de su época, Amalia volcará todo su afán de emancipación y de igualdad en la faceta instructiva, convencida de que la educación de la niña y la mujer, al margen de la influencia eclesiástica y basándose en la Razón y en la Ciencia, era la base de su liberación. En octubre de 1880 se adhería a título individual al Primer Congreso de Amigos de la Enseñanza Laica celebrado en Barcelona, y dos años después, en noviembre de 1882 daba una conferencia en el Centro de Lectura de Gracia (Barcelona) sobre la «Educación y la Instrucción de la mujer». Amante y defensora de la enseñanza laica, fundó también un colegio laico de niñas en su centro espiritista de La Buena Nueva. El momento culminante quizá fuera cuando se convirtió en una de las patrocinadoras de la idea de celebrar una Fiesta Laica en Barcelona. Allí se unió a Odón de Buen, Fernando Lozano -director de Las Dominicales-, Rispa y Perpiñá, y otros centros y logias de Barcelona en la defensa de la escuela laica y racionalista. Fue en agosto de 1892 y participarían quince escuelas de niñas y de niños, con sus maestros y maestras, entre ellas las hermanas Antonia y Julia Aymá, maestras de las escuelas laicas sostenidas por la sociedad «Gutemberg». Y para terminar, por no ser más exhaustivos, en junio de 1893 participaba en una fiesta de escuelas laicas en el Teatro «Lope de Vega» de Barcelona, junto a librepensadores y maestras laicas, donde coincidió con Ángeles López de Ayala.

Muchas mujeres lectoras de Las Dominicales del Librepensamiento vieron cómo una de las primeras en adherirse a la figura de Rosario de Acuña fue Amalia Domingo Soler. Se publicó el 1 de febrero de 1885, y en la carta decía llevar más de quince años escribiendo en la prensa librepensadora y que era seguidora de su obra literaria, pero la carta de Rosario de Acuña donde se adhería al librepensamiento era lo que más le «había complacido». Quería ponerse en contacto con ella, porque «sois un genio, y los genios se asemejan a los soles, que con su calor vivifican». Le anunciaba que publicaría la carta de Rosario en su revista La Luz del Porvenir, como así hizo, y le ofrecía su más «sincera amistad». A partir de ese momento, Rosario de Acuña fue una colaboradora asidua de la revista espiritista, aunque nunca se reconoció partidaria de esos ideales.

Amalia equiparaba la prensa espiritista, donde sí había estado colaborando muchos años, con la librepensadora, formando desde siempre en las filas del espiritismo progresivo y librepensador, y a partir de ese momento los poemas de Amalia Domingo se publicarán en Las Dominicales con alguna frecuencia.

El 7 de diciembre de 1884 se anunciaba en Barcelona un mitin de la Liga Universal de Librepensadores a celebrar en el Teatro Ribas, y solo se menciona su nombre entre los diversos oradores intervinientes, señalando con ello la gran popularidad de que ya gozaba en esos círculos de la ciudad. En febrero de 1886 presenciaba en un palco del Teatro Circo Ecuestre un mitin de la Confederación o Liga Universal de Librepensadores (entre los oradores se encontraban Cristóbal Litrán y Emilio Garriga), y una comisión de los librepensadores «se dirigió estandarte en mano a cumplimentar a la distinguida escritora librepensadora y espiritista doña Amalia Domingo». Era todo un reconocimiento como ninguna otra mujer tuvo en esa época. Al mes siguiente, la prensa volvía a situarla interviniendo en una velada artístico-literaria que organizaba la Confederación Universal de Librepensadores en su centro social de Barcelona.

La otra gran mujer librepensadora, Ángeles López de Ayala, llegó a Barcelona, procedente de Santander, a finales de 1890, y en marzo de 1892 se pudo escuchar a ambas en un mitin librepensador en el teatro Novedades, donde compartieron la tribuna con los célebresy ya mencionados Cristóbal Litrán, Josep Llunas, Emilio Garriga, etc.

Ese mismo año, en el otoño de 1892, fue nombrada delegada en representación de una sociedad espiritista de Puerto Rico para asistir al Congreso Internacional de Librepensadores de Madrid, aunque ella traspasó esta delegación en Ramón Chíes por no poder asistir. Amalia y La Luz del Porvenir se adhirieron públicamente a dicho Congreso.

Para terminar también esta relación, y así comprender el amplio marco de acción de Amalia Domingo Soler más allá del espiritismo, decir que en julio de 1893 participaba en un mitin librepensador en el Teatro Zorrilla de Gracia organizado por la Sociedad laica «Gutemberg». De nuevo intervenía junto a los ya conocidos Litrán, Garriga y Ángeles López de Ayala.

Voy a hacer un inciso porque llegará a Barcelona la tercera mujer librepensadora que marcará una época, como Amalia y Ángeles. Me refiero a la joven de 22 años, maestra y licenciada en Medicina, Belén Sárraga de Ferrero. En realidad se mudó a la capital catalana unos meses antes, pero será en 1894 cuando se una a la redacción de La Luz del Porvenir y se convierta en la mano derecha de Amalia Domingo. En ese año será la primera vez que se dejen ver en público en un acto que reseñará la propia Ángeles en Las Dominicales de 7 de diciembre de 1894. Fue con ocasión de la inauguración de las escuelas «Sócrates», de niñas y de niños. El acto estuvo presidido por Amalia Domingo Soler, y a su derecha se sentó Belén Sárraga, la maestra de la escuela de niñas de la sociedad. Además de otros oradores, leyeron trabajos ensalzando la enseñanza laica Amalia y Belén. Se estaba fraguando un movimiento de mujeres librepensadoras desde la redacción de La Luz del Porvenir.

En junio de 1895 el semanario madrileño Las Dominicales publicaba un extenso poema de Amalia Domingo titulado «El Congreso de Librepensadores de Bruselas», lo cual era su incuestionable y decidida adhesión poética.

Aprovechando la celebración de dicho Congreso en el mes de septiembre, en Barcelona se quería revitalizar el movimiento, y en agosto de 1895, con objeto de tratar la fundación de un nuevo Grupo librepensador en Barcelona, la Asociación General de Librepensadores, se celebró un mitin de propaganda en el Teatro Circo Ecuestre. Amalia era la única mujer que intervino, junto a Odón de Buen, Litrán, Llunas, Salas Antón y Baldomero Lostau Prats, que presidía el acto. Amalia Domingo leyó un trabajo sobre la misión de la mujer librepensadora.

Y poco después, el 5 de octubre, en el Círculo Republicano Progresista de Gracia se celebraba otro mitin librepensador con el mismo fin, donde entre otros oradores que no mencionaban sus nombres, intervinieron Amalia, Ángeles y Belén Sárraga. Era la primera vez que intervenían las tres juntas.

Esta Asociación General de Librepensadores no fue autorizado por el Gobernador, pero las mujeres no estaban dispuestas a tirar la toalla, y en solitario, y con el enorme impulso de Belén Sárraga, se fundó en febrero de 1896 la Agrupación Librepensadoras de Mujeres, que aunque no llegó a legalizarse y supuso la detención de Belén durante una noche, siguió funcionando como sí lo estuviera. La propia Belén Sárraga declaraba a la prensa en esos días que esta Agrupación había sido obra de Amalia Domingo, Ángeles López y ella misma. El 24 de abril en el Círculo del Progreso de Sans, se desarrolló un nuevo acto de la Agrupación femenina librepensadora donde intervinieron ellas tres, además de Odón de Buen y otros oradores.

Las mujeres librepensadoras de Barcelona pedían a gritos un periódico que las uniera y cohesionara, y Belén Sárraga no se lo pensó dos veces. El 1 de junio de 1896 fundaba y dirigía la revista La Conciencia Libre, y según la prensa1, las colaboradoras de ese primer número, y único publicado en Barcelona, fueron sus más cercanas compañeras Amalia Domingo Soler, Ángeles López de Ayala y Palmira Bruno, y las escritoras Amalia Carvia Bernal, Soledad Areales -Una Andaluza-, y María Trulls, que había conocido a través de Amalia Domingo y de La Luz del Porvenir y Las Dominicales, donde habían publicado algunos trabajos. No se sabe si en los siguientes números colaboró también Amalia Domingo, pero sí aparecía en la portada de un número extraordinario de 1 de enero de 1897 en lugar preferente, no como colaboradora, sino como «decana de las escritoras racionalistas españolas».

Un último dato que es preciso reseñar por su importancia, es que Amalia Domingo Soler fue elegida Presidenta honoraria de la Sociedad Progresiva Femenina que fundó Ángeles López de Ayala en mayo de 1898 en Barcelona. Lo fue hasta su fallecimiento en 1909.

Amalia Domingo Soler, aunque nunca quiso afiliarse a la masonería ni a ningún partido político, y a pesar de que expuso públicamente sus diferencias con el radicalismo del que era partidario Ángeles López de Ayala2, su librepensamiento de tintes pacifistas, espirituales y fraternales influyeron poderosamente en otras ilustres librepensadoras como Amalia Carvia y Soledad Areales.

Amalia Carvia, que la quería como una hermana y como una madre, escribió un artículo necrológico en Las Dominicales al tener noticia de su fallecimiento y ya resaltaba que no solo los espiritistas debían rendir tributo a Amalia Domingo, sino también toda la prensa racionalista debería haberse despedido de la ferviente librepensadora como se merecía; que Amalia Domingo no debía ser mirada únicamente «como propagandista de la creencia espírita», pues ella, como alma sensible, también «consagraba las fuerzas de su talento a todo lo que representaba progreso y bien para a humanidad».


Texto: Manuel Almisas Albéndiz


Bibliografía sobre su faceta más espiritista:

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa es una de las autoras que más han ayudado a dar a conocer su figura. Entre otras obras, podemos citar:

- Correa Ramón, Amelina, «Librepensamiento y espiritismo en Amalia Domingo Soler, escritora sevillana del siglo XIX», Archivo hispalense: Revista histórica, literaria y artística, 83:254, septiembre-diciembre de 2000, 75-102. Disponible en internet: https://nanopdf.com/download/librepensamiento-y-espiritismo-en-amalia-domingo-soler_pdf

- Correa Ramón, Amelina, «Amalia Domingo Soler, una escritora en la sombra», en Domingo Soler, Amalia, Cuentos espiritistas, ed. Amelina Correa Ramón. Madrid: Clan, 2002, 7-54.

 

NOTAS:

1 El Liberal de Menorca de 17 de junio de 1896.

2Las Dominicales del 24 de febrero de 1898 (la carta-poema de Amalia Domingo) y del 27 de enero de 1898 (la respuesta de Ángeles). Como se ve, no aparecieron en orden cronológico, y debe leerse primero la crítica que le hace Amalia Domingo Soler.

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